La pizarra del color de el agua de puerto,
escrita como una ficha para estudiar,
con una cruz como el tronco de un árbol.
¡Que verde es la pizarra!
Rodeada de paredes
como las hojas de una ginesta.
¡Que bonita es la pizarra!
Escrita con tiza de nieve y en frente suyo
hay nueve mesas que las ocupan tres personas,
que las usan para escribir en nubes cuadriculadas,
con lápiz de cielo.
¡Que bonita es la pizarra!
Y de tanto escribir
se volvió blanca
como la leche.
¡Pobre pizarra que era tan verdecita!
Tu poema está lleno de metáforas. Creo que están muy bien pensadas. ¡felicidades!
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